domingo, 19 de diciembre de 2010

EE UU: "España nos pide que presionemos a Bruselas a favor de los transgénicos"

Los cables revelan la alianza entre EE UU y el Gobierno para defender los organismos genéticamente modificados.- La embajada medió a favor de Monsanto en contra de las posiciones de Comisión.- La legación vio a Garmendia como su aliada en el Ejecutivo

RAFAEL MÉNDEZ - Madrid - 19/12/2010


España es "el mayor aliado" de EE UU en su pugna a favor de los transgénicos en Europa. El tema, que afecta a compañías norteamericanas como Monsanto o Syngenta, asoma con frecuencia en los cables que la embajada en Madrid envía a Washington. A través de ellos queda clara la complicidad entre España y EE UU contra las propuestas de Francia y de la Comisión Europea para limitar el cultivo de estas variedades. El secretario de Estado de Medio Rural, Josep Puxeu, llegó a pedir a la embajada, siempre según un cable, que "mantuviera la presión" sobre Bruselas para que la biotecnología siguiera siendo una opción para los Estados miembros.
  • 'Lobby' para que se sume el Vaticano

    La noticia en otros webs

    España es el mejor aliado en la UE: "Si el país cae, el resto de Europa seguirá"
    Puxeu: "Mi postura pública y privada ha sido de defensa de la biotecnología"
    EE UU celebró el cese de Narbona y la unión de Agricultura y Medio Ambiente
    Monsanto cree que la oposición surge por un pacto entre Sarkozy y Greenpeace
    En un informe del 19 de mayo de 2009, un mes y cinco días después de que Alemania se sumara al veto del maíz transgénico MON810 que ya tenían Austria, Grecia, Hungría y Luxemburgo, la embajada recoge la impresión extendida entre la industria de la biotecnología de que "si España cae, el resto de Europa le seguirá". Tal es la importancia que da a España en la soterrada lucha de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM).
    La embajada detalla que España cultiva el 75% del maíz transgénico de la UE. Este maíz tiene un gen modificado para resistir la plaga del taladro. Y se muestra sorprendida de que el 2 de marzo de ese año España votara junto a Francia y otros países en la UE para permitir que cada país pueda vetar el cultivo de un transgénico. El telegrama diplomático asegura que sus fuentes en la industria justifican el cambio de postura en un apoyo a Sarkozy por permitir que España acudiera como invitada de Francia al G-20. "El Gobierno de España ha sido tradicionalmente un gran defensor del maíz biotecnológico debido a su gran demanda interior" para alimentación animal, explica el texto, pero desconfía de la "voluble" posición de Zapatero cuando se trata de enfrentarse a Francia.
    En 2008, el maíz transgénico en España supuso un 30% del total cultivado, con más de 80.000 hectáreas plantadas. La embajada, tras reunirse con el director de Monsanto para España y Portugal, muestra su preocupación por el avance del movimiento antitransgénicos. En la calle y en las autonomías. El País Vasco aprobó el 21 de abril de 2009 una dura legislación para evitar que los transgénicos contaminen otros cultivos, algo que "podría llevar a los agricultores a dejar de plantar MON810", según los cables. En julio de 2009, el Parlamento catalán derrotó una iniciativa similar con los votos de PSC, CiU y PP y en abril de 2010 miles de personas -ecologistas y agricultores, principalmente- marcharon ante el Ministerio de Agricultura para pedir el fin de los transgénicos. En el último año ha habido ataques de ecologistas a explotaciones en las que se cultivaban OGM.
    Oposición ecologista
    España, tradicionalmente el país europeo más favorable a los transgénicos, ha visto crecer la oposición ecologista. Y con ella la preocupación de EE UU.
    El informe cuenta cómo el 22 de abril de 2009, tras la votación en el País Vasco y el veto alemán, Puxeu "contactó con el encargado de negocios de la embajada" para "expresar su preocupación por la creciente presión sobre el Gobierno de España para prohibir el MON810", una variedad de Monsanto. Puxeu, al que la embajada define como un "tradicional defensor de la biotecnológica", confesó a los diplomáticos estadounidenses: "Ha sido la peor semana de mi vida". Además, "pidió al Gobierno de EE UU que mantenga la presión sobre Bruselas para mantener la agricultura biotecnológica como una opción para los Estados miembros y pidió al Gobierno de EE UU que trabaje con España en esta iniciativa", siempre según ese cable.
    Puxeu ha defendido públicamente los transgénicos en multitud de ocasiones. "No quiero entrar en el terreno científico, pero tantos y tantos productos como el pan, las levaduras, los vinos, los quesos, la insulina de los diabéticos están elaborados con productos transgénicos, que parece que estuviéramos demonizando los avances de la biotecnología", declaró a EL PAÍS en abril de 2009. Entonces añadía que las críticas de Sarkozy obedecen a sus intereses comerciales: "A Francia, como exportador, le encantaría que Europa tuviera que aprovisionarse exclusivamente en su mercado". España, mientras, importa enormes cantidades de grano.
    El viernes pasado insistió en la idea: "Esa es mi postura pública y privada. Siempre he defendido el uso de la biotecnología con evaluaciones científicas y que en la UE debería haber una postura común para no andar con vetos por países". Puxeu admite que habló con el encargado de negocios y que le pidió "que se movieran". Sobre si esa fue la peor semana de su vida, Puxeu relativiza: "Ahí exageran. Peor fue la del incendio de Guadalajara".
    La Embajada de EE UU en Madrid considera que España es un país "que merece seguir siendo objetivo para desarrollar mayor aceptación de la biotecnología en la UE" dado "el posible desarrollo de variedades biotecnológicas capaces de resistir sequías y la falta crónica de agua en España".
    Fusión ministerios de Agricultura y Medio Ambiente
    En esa línea, considera que "la decisión de fusionar los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente en un 'superministerio' (...) es probablemente beneficiosa para impulsar una mayor aceptación de la agricultura biotecnológica". La embajada consideró que, tras la fusión, "las facciones antitransgénicos del Ministerio de Medio Ambiente pierden fuerza e influencia".
    En una reunión entre Eduardo Aguirre y la entonces ministra, Elena Espinosa, celebrada en 2008 el embajador define el país como su mejor aliado en los transgénicos y señala el tono bajo de Espinosa y cómo a menudo contesta a sus preguntas con gestos o asentimientos. Aguirre llegó a preguntarle por los transgénicos a María Teresa Fernández de la Vega en uno de sus primeros encuentros, aunque esta le remitió a Medio Ambiente.
    En otro cable tras la remodelación del Gobierno en 2008 la embajada se alegró de que Espinosa asumiera Medio Ambiente en lugar de Cristina Narbona. "La ex ministra de Agricultura (Espinosa) apoyó los OGM en el pasado, mientras que la ex ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona se oponía" y da por terminados esos "debates interministeriales". Un año antes la embajada mostraba su preocupación por las presiones de Medio Ambiente sobre Agricultura para endurecer un real decreto sobre coexistencia de transgénicos y cultivos tradicionales para evitar contaminación."Nuestros contactos en el Ministerio de Agricultura insisten en que (...) no cederán a las demandas de Medio Ambiente sobre el decreto, que descartaría el futuro de la agricultura biotecnológica en España". Ese decreto no se aprobó.
    La embajada resalta el nombramiento de Cristina Garmendia como ministra de Ciencia. De ella destaca que "trabajaba para un grupo industrial de biotecnología (no agraria), y puede ser una aliada en temas de OGM en las discusiones del gabinete".
    Los documentos de la embajada adelantan las posturas del ministerio en los Consejos Europeos de Agricultura en los que se debate la aprobación de nuevas variedades. El 15 de octubre de 2009, el jefe de gabinete de Puxeu, Eduardo Díez Patier, habló con responsables de la embajada y les adelantó que España "iba a votar a favor de la importación de estas tres variedades de maíz biotecnológico" que la UE debía votar cuatro días después, según un cable a Washington, aunque advirtió de que había pocas posibilidades de que saliera adelante en la UE.
    Los temores de la embajada están bien fundados. El pasado 12 de noviembre, el Eurobarómetro publicó la última de sus encuestas con la actitud de los europeos hacia la biotecnología. En él queda claro cómo el porcentaje de los encuestados contrarios a los transgénicos había subido del 57% en 2005 al 61% en 2010. Mientras, del 27% de apoyo se bajó al 23%. "Al contrario que la industria y los científicos, los europeos consideran que los OGM no ofrecen beneficios y son inseguros", concluye la encuesta europea.
    España era, según esa encuesta, el país con el mayor apoyo a los transgénicos en 1996 (66% de los encuestados) pero en 2010 ya está casi en la media europea (35% de apoyo). Ya se sitúa por debajo de Reino Unido, Irlanda, Portugal, la República Checa y Eslovaquia.
    "Cláusula de salvaguarda"
    Mientras, la mayoría de los científicos -e incluso la Organización Mundial de la Salud- consideran que no hay riesgo, que en más de dos décadas de uso masivo no se han detectado problemas para la salud. Un transgénico es una planta a la que se le ha modificado un gen para conferirle alguna cualidad, por ejemplo la resistencia a alguna plaga.
    Aunque EE UU, Canadá, Asia y América Latina han abrazado los transgénicos, la UE ha puesto muchas trabas y solo tiene aprobado el cultivo de maíz. Solo seis países lo plantan (España, la República Checa, Portugal, Rumanía, Polonia y Eslovaquia). Otros seis ?Austria, Francia, Alemania, Grecia, Hungría y Luxemburgo? han aplicado la "cláusula de salvaguarda" que les permite vetar el cultivo si tienen nueva información de que un transgénico constituye "un riesgo para la salud humana o el medio ambiente". Franciaalegó, por ejemplo, que el MON810 genera "posibles efectos tóxicos adversos a largo plazo sobre las lombrices, los isópodos, los nematodos y las mariposas monarca".
    Monsanto sostiene, según un cable, que todo responde a un "acuerdo de facto entre el Gobierno de Francia y Greenpeace y Amigos de la Tierra por el cual el Ejecutivo francés apoyaría el movimiento libre de transgénicos si los activistas miraran para otro lado en las iniciativas nucleares de Sarkozy". Casi todas las embajadas en Europa mandan cables parecidos a Washington y sacan el tema de los transgénicos en multitud de reuniones.
    EE UU trata el tema con Francia una y otra vez y el 22 de abril de 2008 le avisa de que su veto a los transgénicos se basa en cuestiones políticas y no científicas. "La Organización Mundial del Comercio ha indicado que una prohibición es inaceptable según sus normas, y es probable que no nos quede más opción que pedir compensaciones", señala un despacho confidencial a Washington.
    Las negociaciones son muy intensas con la Comisión Europea y con Francia. Un informe confidencial de la Embajada de París hacia Washington explica que "Europa va hacia atrás, no hacia adelante en este proceso, con Francia ejerciendo el papel de liderazgo, junto con Austria, Italia e incluso la Comisión". Según ese cable, la Comisión y el Ejecutivo de Sarkozy tranquilizan a la delegación de EE UU, ya que solo se trata de prohibir el cultivo, no la importación de alimentos. "Vemos el veto al cultivo como un primer paso, al menos por los anti-OGM, que después se moverán para prohibir las importaciones".
    El ex embajador en París Craig Roberts Stapleton se refiere a la venta de semillas transgénicas como un negocio propio: "No podemos ceder en el cultivo por nuestro considerable negocio de semillas en Europa y por los agricultores, que una vez que prueban con transgénicos se vuelven sus más fervientes defensores".

    'Lobby' para que se sume el Vaticano

    EE UU ha buscado apoyos a favor de los transgénicos en todo el mundo. Incluso en el Vaticano. Un cable confidencial de su embajada ante la Santa Sede, del 19 de noviembre de 2009, narra un encuentro con Monseñor James Reinert, "persona clave en seguridad alimentaria y biotecnología" de un centro de estudios del Vaticano. Reinert "dijo que el Vaticano está de acuerdo en que los países deben poder elevar su producción agrícola y que los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) tienen un papel en este proceso, aunque no todo el mundo en la iglesia está cómodo con ellos". "El Vaticano no puede obligar a los obispos a apoyar la biotecnología", afirmó.
    La embajada constata que "mientras el mensaje del Vaticano a favor del medio ambiente es alto y claro, su postura sobre la biotecnología aún tiene un perfil bajo. Con un apoyo discreto, la iglesia considera que la decisión de abrazar los OGM es de agricultores y Gobiernos. La Academia científica del Vaticano ha declarado que no hay evidencia de que los OGM sean perjudiciales".
    El cable, firmado por el embajador ante la Santa Sede, el profesor de Teología Miguel Humberto Díaz, concluye: "La Embajada continuará haciendo lobby en el Vaticano para que hable a favor de los OGM".


    Fuente: Periódico El País 19/12/201o - Sección 'Los Papeles del Departamento de Estado' de las filtraciones difundidas por Wikileaks.

    domingo, 28 de noviembre de 2010

    Argentina: Sojización...y después? (II)

    En este extenso informe que publica enREDando, continuamos abordando las consecuencias nocivas del actual modelo productivo basado en el monocultivo de Soja RR. La salud humana en estado de emergencia, la muerte de un niño de 9 años, esclavo de una empresa avícola en Buenos Aires, las denuncias de vecinos por fumigaciones en Ibarlucea, el impacto en la flora, la fauna y los arroyos en la localidad santafesina de Romang y el megaproyecto arrocero del vicepresidente del Grupo Clarín, “Ayuí Grande”, en Corrientes. Consultamos a la abogada y ambientalista Graciela Gomez y relevamos los informes de investigación realizados por la Cooperativa La Alameda. La lucha de las comunidades y vecinos que claman, de punta a punta del país: “No somos campo, somos tierra”. 

    Trabajo esclavo infantil 


    Ezequiel Ferreyra murió. Tenía 6 años y era un niño esclavo de la empresa avícola Nuestra Huella S.A. Falleció como consecuencia de un tumor en el cerebro. “La corta vida de Ezequiel transcurrió la mayor parte de su tiempo entre la sangre y el guano de las gallinas y manipulando venenos con elementos cancerígenos de la empresa para cumplir a rajatabla con los topes de producción que la patronal le imponía a su familia", denuncia la Asamblea Popular y Cooperativa La Alameda. 

    Ezequiel y todos los niños y adultos que trabajan en esa granja avícola manipulan agrotóxicos. Según la investigación que llevó a cabo La Alameda, uno de estos agrotóxicos “es el NUVAN, cuyo ingrediente activo es el Diclorvos, un insecticida que la Unidad para el Desarrollo y el Uso Seguro de Plaguicidas de la OMS, Unidad de Biología y control de Vectores clasifica como CLASE Ib. El Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) determinó que el diclorvos es un carcinógeno. La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha determinado que el diclorvos es un posible carcinogénico en humanos. La EPA ha determinado que el diclorvos es un carcinógeno humano. Aún así, en la Argentina se usa como caramelo.” 

    A raíz de esto, la Alameda presentó una denuncia ante la justicia contra la empresa “Nuestra Huella” S.A por el delito de trata de personas. En la misma, se resume la historia de Ezequiel y su familia, proveniente de la provincia de Misiones, la situación de extrema explotación en la que vivían y las condiciones que reflejan el trabajo esclavo y la trata de personas, dentro de las granjas que posee la empresa en diferentes zonas de la provincia de Buenos Aires. “Al padre lo pusieron a cargo de uno de los galpones, donde debía juntar miles de huevos por día, remover guano, juntar la sangre y distribuir el veneno para combatir las plagas de los animales a su cuidado. El tope de producción que le imponía la empresa era imposible de cumplir sin involucrar al resto del grupo familiar, lo que era estimulado por los capataces de la empresa, ya que si ese tope no se cumplía, se corría el riesgo de quedar sin trabajo y en la calle. (…) Cabe destacar que cientos de familias más, son esclavizadas del mismo modo que la familia de Ezequiel en unas 70 granjas dispersas por Pilar, Zarate, Campana, Exaltación de la Cruz y Córdoba donde muchísimos chicos están expuestos a graves peligros como que corrió el niño fallecido. Esas granjas son propiedad de «Nuestra Huella», una empresa que gozaba de prestigio y liderazgo en el mercado avícola y que tenía clientes poderosos como Wall Mart y Carrefour, hasta que comenzó a conocerse su costado más oscuro: trabajo esclavo e infantil, alambrados electrificados, trata y tráfico de personas.” (Ver denuncia completa) 

    Al mismo tiempo, la Alameda advierte que “en las granjas de la empresa Nuestra Huella S.A. todavía hay 200 pibes que estuvieron en contacto con agrotóxicos, todos ellos realizando actividades similares a las de Ezequiel” y que, por otro lado, “los trabajadores que se animaron a declarar contra la empresa fueron despedidos y quedaron desamparados junto a sus numerosas familias”. 

    En un video realizado por la organización, se observa a Ezequiel tiempo antes de que falleciera, contando como era su vida adentro de la granja avícola donde era explotado, junto con su familia y centenares de niños y niñas que todavía permanecen allí. 

    Enfermedades, y soja, en aumento 

    En nuestra provincia, las tierras de la Pampa Húmeda están minadas, de norte a sur, con el monocultivo de soja transgénica. “La Argentina destina la mayor superficie posible de su feraz pradera pampeana (más de 35 millones de hectáreas) a producir parte de la cadena alimenticia de otros países”, apunta el Ing. Alberto Lapolla. 

    Además, el especialista agrónomo expresa: “La superficie sembrada hoy con sojaRR, supera a toda el área sembrada existente en 1995. Esto implica que para llegar a los 35 millones de hectáreas actuales, se debió ocupar una enorme cantidad de tierras históricamente destinadas a la ganadería, a la lechería, al monte frutal, a la horticultura, al monte virgen, a la apicultura, a la producción familiar, y a otros cultivos que fueron desplazados por la soja como el girasol, el maíz, la batata y el algodón. La superficie sojizada crece año a año a costa de otras producciones. Así en 2004, la superficie agrícola total era de 27 millones de has, mientras que hoy ya superamos las 35 millones de has, cifra equivalente al 12.5% de la superficie del país. El pool sojero multinacional que controla y domina el ‘negocio’, estima que para el año 2017 la cifra de la superficie agrícola argentina debe orillar las 120 millones de has. Algo así como el 43% de la superficie nacional, un verdadero disparate ambiental y agronómico”. 

    En una jornada de debate realizada en la facultad de Medicina de Rosario, el Dr. Medarno Ávila Vázquez, dio una detallada revisión de los efectos a corto y largo plazo, que los médicos de los pueblos fumigados han observado clínicamente en los habitantes de localidades afectadas por el uso de agrotóxicos. Medarno Ávila Vázquez es integrante del grupo de Médicos de Pueblos Fumigados que todos los años se encuentra para compartir sus miradas y experiencias frente al avance cada vez más prepotente del monocultivo sojero. “En diez provincias argentinas, seis universidades observaron los efectos agudos a corto plazo en la población: respiratorios, dérmicos, neurológicos, hepáticos, pulmonares. Y los efectos crónicos a largo plazo: trastornos reproductivos, cánceres, trastornos endócrinos e inmunitarios, nacimientos con malformaciones. Lo que se observa, es que el perfil de la enfermedad en los pueblos fue cambiando”, describe con una contundente calma, Ávila Vázquez, oriundo de la provincia de Córdoba. 

    En la provincia del Chaco, según estudios del Ministerio de Salud de la provincia, entre 1997-1998 hubo 24.030 nacimientos, de los cuales se contabilizaron 46 malformaciones congénitas. “Una década después, en doce meses entre 2008 y 2009, se registraron menos nacimientos: 21.808, pero se multiplicaron las malformaciones: 186 casos. Los datos corresponden a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) de Neonatología del Hospital Perrando de Resistencia. De 1997a 1998 hubo un promedio de 4,9 casos por mes. De 2001 a 2002 creció a 7,5 casos. Y entre 2008 y 2009 aumentó a 16,8 casos mensuales; según consta en el “Primer Informe” de la mencionada Comisión oficial.”

     En Córdoba, el Servicio de Neonatología del Hospital de Maternidad de la UNC detalló que la tasa de malformaciones aumentó del 2.6 por 100 en el año 1995, al 4.6 por 100 desde el año 1996, y que dichas malformaciones son de “origen inexplicable”. Según una encuesta realizada por la Universidad de Río Cuarto en 5 pueblos de la provincia de Córdoba a mujeres en edad fértil, los casos de abortos espontáneos en los últimos 5 años ascienden al 19%. 

    “En abril de este año se conocieron los resultados del estudio oficial de la Comisión de Investigación de Contaminantes del Agua del Chaco, creada, ante la presión de la comunidad, por el gobierno de esa provincia, con la participación del ministerio de salud local y de la Nación, que al analizar zonas fumigadas chaqueñas manifestó que: en canceres infantiles “los valores se encuentran por encima de lo esperado, incrementándose notablemente en los últimos diez años, período en el que los casos registrados triplican la ocurrencia de cáncer en niños menores de diez años”. La media mundial de cáncer en menores de 15 años es de 12-14 casos cada 100.000 niños, los datos oficiales de Chaco muestran que el registro trepa a 20,2 en La Leonesa, pueblo sistemáticamente fumigado en forma aérea con glifosato y otros plaguicidas”, sostiene Medarno Vázquez en su informe “BellVille “Agrotóxicos, la salud y los médicos”. 

    Denuncia en Ibarlucea 

    En la localidad de Ibarlucea, ubicada a pocos kilómetros de Rosario, los vecinos y vecinas se autoconvocaron para reclamarle a la Comuna, la prohibición de las fumigaciones que se realizan a menos de 200, y hasta 50 metros, de los establecido por ley. Para conocer la situación, enREDando dialogó con la abogada y ambientalista Graciela Gómez. “El impacto de los agrotóxicos se ve reflejado en los casos que vamos recabando en cada lugar, en cada pueblo que visitamos”, sostiene la abogada quien forma parte de la organización Ecos de Romang.

    “Los vecinos denunciaron fumigaciones a metros de sus casas, algunos a menos de 200 mts y otros a 50. Se entrega un petitorio y después de un mes con tres notas presentadas posteriormente, no hay respuestas.” El reclamo de los vecinos surge ante la gran preocupación que conllevó la detección de piretroides en la sangre de un niño ibarlucense de 9 años de edad. En su organismo se registró 1,4 ppb de lambdaciolatrina, un químico que se usa en insecticidas clasificados por el Senasa como clase 2, banda amarilla, es decir, nocivo para el hombre. 

    Gómez, indignada ante esta situación, expresa: “Si la ley dice que no se puede fumigar en forma terrestre a menos de 500 mts ¿porqué insiste con los 100 mts?. 

    Actualmente, la Comuna de Ibarlucea no adhiere a la Ley provincial 11.273 que también se encuentra en debate en la Cámara de Senadores de la Legislatura provincial. Al mismo tiempo, son numerosos los pedidos de informe que realizó la ONG junto con los vecinos ante el intendente Juan José Prino. El reclamo es claro: prohibir las fumigaciones a menos de 500 metros de las casas vecinas y la libre circulación de los llamados “mosquitos” fumigadores. “Le pedimos cumplimiento del Decreto 552/97 y de la Ley Orgánica de Comunas”, reafirma Graciela Gomez. 

    Después de reiterados petitorios presentados, la Comuna finalmente respondió, anunciando la sanción de una nueva ordenanza que establezca: “Considerar como línea 0, a la fijada por catastro y/o comuna….(…) como límite entre zona urbana y suburbana (…) estando la cartografía que la define en la comuna. Artículo 2° Dentro de los 100 (cien) metros de la línea 0 no podrá efectuarse ningún tipo de fumigación por el medio que fuere. Artículo 3° A partir de los 100 (cien) metros y hasta los 3000 solo podrá fumigarse en forma terrestre con productos clase 2-3 y 4. Artículo 4° A partir de los 3000 (tres mil) metros podrá fumigarse en forma aérea con productos clase 2-3-y 4”

     “¿No sabe este señor y sus asesores que existe una Ley que lleva el N° 11.273 cuyo artículo 34 prohibe la fumigación terrestre a 500 mts de las plantas urbanas?”, se pregunta la abogada Graciela Gomez, ante la respuesta del intendente de Ibarlucea, Juan José Prino. 

    El río contaminado: la vida en Romang 

    ¿Cómo impacta la agroindustria en la vida de las comunidades? ¿Cuán difícil es instalar el debate en el corazón de los pueblos sojizados? “Hay miedo porque no quieren perder su trabajo, porque esas oportunidades de empleo, sea comercio u otra área, están en manos de una o dos personas que manejan el pueblo. No hablo de trabajo en el campo, porque eso no da mano de obra. En muchos casos simplemente no hablan porque terminan siendo excluídos u hostigados por denunciar, cuando lo normal es callar y hacer la vista gorda. En un lugar me dijeron que denunciar es “dividir a la población”; narra la abogada Graciela Gomez para quien, el modelo productivo basado en la siembra directa de Soja RR está destruyendo la tierra y, a un futuro no muy lejano, “dejará la salud de la gente en emergencia sanitaria”. 

    Oriunda de la localidad de Romang, le preguntamos cuáles fueron los cambios que observó en su pueblo natal. Y esto nos dice: “La fauna está desbastada, así también la riqueza ictícola. En zona de islas, otra vez se estuvo fumigando camalotes hace unos días, a pesar de las denuncias, de la causa judicial, de saber que de ése mismo curso de agua, extrae la bomba para consumo humano. No hay control, están más preocupados por hacer política que por atender los temas realmente importantes. No se dan cuenta del valor de ése humedal que siguen mutilando.” 

    En un valioso documental realizado por la ONG Ecos de Romang, se denuncia la fuerte contaminación de los humedales y el impacto en la vegetación y la fauna de la zona. “En el distrito Romang, Departamento San Javier, en el Valle aluvial del río Paraná, precisamente en el Arroyo conocido como el Maidana, afluente del río Paraná, que se inicia en este en la llamada boca del Ombú y desagüa en el río San Javier se está fumigando con herbicidas, para evitar que la vegetación propia de un curso de agua, de un humedal tan rico como este, dificulte la navegación a quien desee llegar sin tropiezos al Paraná, para disfrutar de la naturaleza. Hoy, nuestro paraíso natural está siendo mutilado sin control. El herbicida usado es glifosato. Hay un tramo de este arroyo, que presenta sus orillas ya libre de yuyos producto de fumigación de larga data. Esto ha conseguido que la vegetación se retraiga hacia tierra alta y ya no descienda al zanjón.”

     La vida y la cultura de los habitantes de Romang está estrechamente vinculada al río y a la actividad pesquera. En este documental, Graciela Gomez cuenta: “Ya es vox populi entre los pescadores la gran mortandad de peces, siendo los más afectados, los sábalos, amarillos y otras especies que se alimentan de los sedimentos del río. Los productores agrícolas suelen lavar los tanques de las máquinas que usan en la fumigación en el cauce de arroyos y ríos aledaños. La eliminación de los envases vacíos constituye otra fuente de contaminación. Una vez enjuagados, lo usan para transportar combustible o agua cuando salen de pesca. A pesar de informarles las consecuencias de esta práctica aberrante, convencerlos de volver a rastrillar los camalotes cómo se hacía antes, contestaron que “fumigar es más fácil. Afirman que el glifosato es biodegradable e inofensivo.” 

    Existe una causa judicial radicada en un juzgado de Reconquista. “Aún así, se sigue fumigando y hostigando a cada uno de los ambientalistas que denunciamos la contaminación de las aguas.” 

    Por otra parte, la ambientalista señala el impacto que significó en Romang, el cierre del Molino arrocero como otra gran “preocupación que se suma a los pobladores que ya bastante deben soportar la falta de fuentes de trabajo. Cerró hace años la desmotadora, ahora el Molino, dos emblemas de nuestro pueblo.” 

    Graciela no duda en responsabilizar al poder político y también, al sector agroindustrial. “Ellos omiten y parecieran desconocer que además de las leyes existe algo que se llama ética. La acatan los menos, la mayoría se aferra a un modelo que tarde o temprano va a terminar con el objeto de su ambición: poder y suelo.” Además, el eco en los medios de comunicación, es escaso. La mayoría, nos dice la abogada, “obedecen al monopolio a nivel nacional”. Le decía a un amigo que me pidió ayuda cuando estaban despidiendo a empleados del Grupo Uno y El Litoral “porqué no les das difusión al reclamo”, yo le contesté que lo hice, pero ninguno de ellos parece haberse enterado. Es más uno de ellos se ofende por mis notas con una necedad tal que le impide ver la realidad del llamado “milagro de la soja”.

    Corrientes: Represa Ayui Grande 

    Otro de los temas silenciados por las corporaciones mediáticas- quien impulsa uno de los actuales megaproyectos arroceros en Argentina es el vicepresidente del Grupo Clarín, José Aranda- es el impacto que provoca el uso de pesticidas y herbicidas en uno de los productos básicos de la alimentación mundial: el arroz. 

    En este sentido, la abogada Graciela Gomez llevó adelante una investigación muy poco difundida sobre el tema. En la nota titulada “Lo que no se dice del arroz”, la abogada puntualiza: “La intensificación de la producción y el incremento de la demanda de arroz, ha aumentado el uso de fertilizantes y pesticidas, haciendo del cultivo uno de los principales contaminantes de zonas agrícolas especialmente sensibles. El arroz híbrido requiere un uso intenso de fertilizantes y pesticidas, así como mayor cantidad de agua.” La Represa Ayui Grande, en la provincia de Corrientes, es el emprendimiento arrocero privado más importante del Mercosur, “que producirá 120 mil toneladas anuales de granos. Así lo anuncian Copra S.A., cuyo titular es el vicepresidente del Grupo Clarín, José Aranda, y Adecoagro, perteneciente al financista húngaro George Soros, ambos integrantes de la UTE que encabeza la iniciativa.”

     El proyecto prevé inundar 8.000 hectáreas de reservas naturales en la provincia de Corrientes “para cultivar arroz, la construcción de una represa sobre el río Ayuí, en Mercedes, con la que crearán un lago artificial destinado a regar las 18.000 hectáreas de plantaciones”, afirma Graciela Gomez, y agrega: “El Ayuí es una locura, es de una inviabilidad apabullante pretender hacer de un recurso natural de tamaña riqueza, “un bien propio”.

     Los ríos, lagos y mares son de propiedad pública en Argentina y en consecuencia ningún particular puede utilizarlos en provecho propio sin autorización previa de las autoridades. Sin embargo, en Corrientes, el Grupo Clarin y sus socios encontraron la complicidad del gobierno provincial para impulsar un proyecto arrocero que provocaría un fuerte impacto ambiental. En este sentido se pronunció el gobierno nacional de Cristina Kirchner. “Alega que los empresarios y el gobierno provincial no cumplieron con las tareas de prospección ecológica en previsión de las consecuencias que ‘Ayuí Grande’ acarrearía a la geografía de la zona.” El impacto incluye la destrucción de la flora y fauna nativas y la contaminación a raíz de los pesticidas y desechos de los grandes arrozales sobre las aguas del río Uruguay a través de sus afluentes Ayuí y Miriñay 

    En su investigación, la Dra. Gomez señala que “en Colonia Carlos Pellegrini hay dos arroceras que plantaron más de 2.000 hectáreas de granos en el corazón de los Esteros de Iberá. Durante la última temporada de plantación, las dos arroceras de Pellegrini chuparon unos 22.000 millones de metros cúbicos de agua de la Laguna Iberá, y en la de regadío la laguna bajó unos 25 centímetros en su caudal de agua, lo que indica que disminuyó un total de casi un metro en su cuenca hídrica.” A su vez, “el sobrevuelo y las fotos satelitales de la Laguna Merceditas, mostraron a que la extracción de agua para el regadío, entre el 2004 y 2007, le produjo una playa de 200 metros a la laguna, lo que grafica la gravedad y la velocidad del daño ambiental que se está generando. Los pesticidas, plaguicidas, fertilizantes y todos los venenos agroquímicos utilizados antes y durante el cultivo en las arroceras de Pellegrini, vuelven a la Laguna Iberá, a la Laguna Merceditas, a los arroyos y se filtran en el suelo y napas subterráneas.” 

    En cuanto a las acciones legales que tienen las comunidades, y las herramientas para accionar frente a los gobiernos locales y exigir el cumplimiento irrestricto de las leyes vigentes, como la ley provincial 11.273 o la Ley Nacional de Medio Ambiente, la abogada Graciela Gomez, reconoce que las “provincias difieren en las normas ambientales según su propio beneficio, la soja, la minería o el arroz”.  

    Mientras tanto, en Argentina, existe una lucha cuerpo a cuerpo de ambientalistas, organizaciones, asambleas de vecinos y comunidades originarias que, desde diferentes  rincones de la Argentina, claman: “Nos somos campo, somos tierra”. 

    Fuente: Boletín EnREDando

    sábado, 25 de septiembre de 2010

    Argentina: Sojización...y después?

    El debate en torno a los efectos nocivos del glifosato, el herbicida de Monsanto, que se utiliza para fumigar las más de 18 millones de hectáreas de tierra sembradas con soja transgénica que hay en nuestro país, connota un panorama sumamente complejo sobre el impacto socioambiental del modelo agroindustrial, y los efectos sobre la salud humana. Consultado por enREDando, el Dr. Alejandro Oliva expresa la necesidad de ampliar la discusión más allá del uso del glifosato. El investigador coordinó una investigación en cinco localidades rurales de la provincia de Santa Fe expuestas durante 50 años a la explotación agrícola. El informe reveló una incidencia mayor a los niveles de la media nacional de cánceres de testículos y ovarios y malformaciones uro-genitales en niños. A más de 6 años, nada se hizo desde los distintos niveles de gobierno, para profundizar en los resultados de esta preocupante investigación.

    Panorama


    Actualmente, más de 18 millones de hectáreas de suelo argentino están sembradas con soja transgénica, resistente al herbicida comercializado por la multinacional Monsanto cuyo nombre comercial es el Roundup Up, producido a base de glifosato. La Siembra Directa de soja consume entre 180 y 200 millones de litros anuales de este herbicida que, combinado con sustancias altamente tóxicas conocidas como coadyuvantes o surfactantes, Endosulfán, 2,4 D y detergentes que facilitan la penetración del ingrediente activo en la tierra y aumentan su poder destructivo, se utiliza para fumigar vía terrestre y aérea las inmensas extensiones de tierra minadas con el monocultivo sojero.

     “La creciente expansión de los monocultivos de soja a lo largo de los últimos años ha barrido con los tradicionales espacios verdes que rodeaban los pueblos. Esos corredores estaban constituidos por montes frutales, criaderos de animales pequeños y chacras de pequeños agricultores. Ahora, mientras escasean los alimentos, los monocultivos llegan a las primeras calles de las localidades y las fumigaciones impactan sobre las poblaciones”, expresan las organizaciones sociales que integran la Campaña “Paren de Fumigar”.

    En la provincia de Santa Fe, corazón de la Pampa Húmeda, el mapa del modelo sojero es realmente preocupante. En el Informe “Pueblos Fumigados” realizado por la Campaña en el año 2009, se afirma que “actualmente, en las zonas centro y sur de Santa Fe el 85 - 90% de la superficie esta cultivada con soja y se presentan problemas muy extendidos de degradación y erosión de suelos. En la zona central, la soja ha desplazado al tambo con el consiguiente efecto sobre la mano de obra ocupada. Un fenómeno similar ocurre en la parte norte de la provincia, con el desplazamiento del algodón por la soja.”

    En Santa Fe, la reforma de la Ley 11.273 de Fitosanitarios cuenta con media sanción en Diputados y establece fijar el límite impuesto para las fumigaciones terrestres dentro de los 500 mts y las aéreas en 1000 mts. Sin embargo, la discusión ha perdido peso en la Cámara Alta y los fuertes intereses económicos, agroindustriales y políticos diluyen la posibilidad de lograr su definitiva aprobación.

    En este sentido, el Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) solicitó, mediante un petitorio al gobierno provincial, que hasta tanto no se avance en este proyecto de ley, se aplique un principio precautorio y se decrete para todas las localidades del territorio provincial la aplicación del área de seguridad impuesta por la Justicia en el barrio Urquiza de San Jorge, prohibiendo las fumigaciones terrestres y aéreas a 800 y 1500 metros respectivamente. “Más de 12.000 santafesinos avalan esta propuesta y así consta en las firmas que obran en nuestro poder y que el Ejecutivo no ha querido recibir, a pesar de los dos pedidos de audiencia que hemos solicitado. Toda demora significa la aparición de nuevos casos. Urge tomar una decisión y la misma está en las manos del gobernador. Toda demora injustificada sin bases sólidas, significará cargar las consecuencias sobre las espaldas de la población.”

     El principal argumento que esgrimen las entidades agrarias y sectores políticos para frenar el tratamiento de la reforma es que, por un lado, se carece de un estudio científico serio que determine los efectos negativos del glifosato en la salud de la población y que, por otra parte, de aprobarse este proyecto se perderían miles de kilómetros de tierra productiva. Por el contrario, las cientos de voces de las organizaciones proteccionestas, ambientalistas y las comunidades que residen en las zonas cercanas a los polos agrarios denuncian un efecto devastador en la salud humana. Según el informe Pueblos Fumigados, en la localidad de Las Petacas, ubicada a a 200 km al suroeste de la ciudad de Rosario, con casi un 80% de su población que vive de la producción agrícola, un relevamiento epidemiológico arrojó que en los últimos 10 años se detectaron 42 casos de cáncer en 800 habitantes y 400 personas con alergias varias. Además, según afirman los vecinos, el agua que consume el 20% de la población, de origen humilde, no es apta para el consumo humano. “Encontraron aguas contaminadas con arsénico, nitratos y nitritos y en una excavación se ha encontrado agua fosforada (los agroquímicos son fosforados)”. También denunciaron que “no se respetan los límites de fumigación ya que lo hacen en campos lindantes al pueblo y los pulverizadores y las camionetas con agroquímicos circulan por las calles del pueblo.”

    Investigaciones

    Recientemente, los estudios de investigación realizados por el Laboratorio de Embriología Molecular del Conicet-UBA, cuyo director es el investigador Andrés Carrasco, demostraron que a dosis mucho menores (1500 veces inferiores) que las que se utilizan habitualmente para la fumigación, el agrotóxico de Monsanto provoca en embriones de anfibios, malformaciones y alteraciones neuronales, trastornos intestinales y cardíacos.

    Según nota publicada en el diario Página 12 con fecha 13/10/2009, la investigación subraya que “los embriones fueron incubados por inmersión en diluciones con un milímetro de herbicida en 5000 de soluci[on de cultivo embrionario, que representan cantidades de glifosato entre 50 y 1540 veces inferiores a las usadas en los campos de soja. Se produjo disminución de tamaño embrionario, serias alteraciones cefalíacas con reducción de ojos y oídos, alteraciones en la diferenciación neuronal temprana con pérdida de células neuronales primarias”. El trabajo tuvo dos tipos de experimentación: inmersión en solución salina y por inyección de glifosato en células embrionarias. En ambos casos, afirma el artículo periodístico, “los resultados fueron rotundos”.

    Por otro lado, las diluciones recomendadas para la fumigación oscilan entre el 1 y el 2% de la solución comercial, “pero en el campo es sabido – incluso reconocido por los medios del sector- que las malezas a eliminar se han vuelto resistentes al agrotóxicos, por lo cual los productores sojeros utilizan concentraciones mayores. El estudio afirma que en la práctica cotidiana las diluciones varían entre el 10 y el 30%”.

    Por su parte, el ingeniero agrónomo Alberto Lapolla, una de las voces más reconocidas en éste ámbito y paradójicamente una de las menos escuchadas, afirma en un artículo publicado en un boletín digital, que los estudios impulsados a pedido de la Presidenta de la Nación durante el conflicto con el campo y realizados por el Conicet, fueron realizados, bajo la designacion del Ministero de Ciencia y Tecnologia Lino Barañao por una “comisión ad hoc por fuera de los concursos habituales para un estudio de esta complejidad.”

    Según Lapolla, el informe “concluyó un galimatías político – científico donde en una página se asegura que bajo condiciones de uso responsable, entiendiendo por ello las condiciones de uso autorizadas por las normas vigentes y cumpliendo con la adopción de buenas prácticas para su aplicación, el glifosato y sus formulados no implicarían riesgo para la salud humana o el ambiente”. Sin embargo, sostiene Lapolla, “el informe no concluye en ninguna parte que el glifosato y sus formulados no implicarían riesgo para la salud humana y el ambiente”. Por otra parte, el artículo subraya que “a cargo de este estudio, estuvo el Ing. Claudio Ghersa que fue uno de los principales impulsores del modelo sojero a través del núcleo monsantiano de la Facultad de Agronomía de la UBA.”

    Al mismo tiempo, Lapolla remarca que el Conicet no convocó para la realización de esta investigación a la gran cantidad de científicos que dentro de las estructuras académicas del país vienen trabajando hace tiempo por su cuenta, demostrando que el glifosato, sus coadyudantes y demás tóxicos del complejo sojero son responsables de enfermedades que padecen las poblaciones cercanas a las pampas sembradas con sojaRR. Así como tampoco consultó a los grupos de médicos que en todo el país, entre ellos el Doctor Alejandro Oliva del Hospital italiano de Rosario, están denunciado el aumento de casos de cáncer, nacimientos con malformaciones y abortos espontáneos en estas zonas.

    El informe Oliva: la voz consultada por enREDando


    Una de las voces especializadas que consultó enREDando es la del Doctor Alejandro Oliva, Director de Andrología del Hospital Italiano de Rosario, quien coordinó un informe de investigación multidisciplinario que tuvo como objetivo describir las relaciones entre salud reproductiva y factores ambientales en poblaciones rurales, caracterizada por aspectos ambientales particulares.

    Para ello se evaluaron tres variables: relación de nacimientos masculinos/femeninos; incidencia de malformaciones uro-genitales masculinas (hipospadias y criptorquidias); e incidencia de cánceres hormono-dependientes. “Se seleccionaron cinco comunidades rurales de la Pampa Húmeda de Argentina, comparándose los datos obtenidos con medias nacionales. Los datos bio-médicos y las fuentes ambientales de riesgo fueron relacionados entre sí a través de un sistema de geo-referenciación. La relación de nacimientos no mostró significación. Las malformaciones presentaron una muy significativa incidencia. Los cánceres hormono-dependientes presentaron incidencia mayores a las medias nacionales, particularmente en algunas de las comunidades estudiadas. Se concluye que existe una relación entre condiciones de salud reproductiva y factores ambientales en esta región.”

    Bigand, Carreras, Máximo Paz, Alcorta y Santa Teresa fueron las localidades donde se centró la investigación, debido a la alta explotación agrícola que estas zonas tuvieron en los últimos 50 años y la exposición a diferentes agroquímicos.

    En diálogo con enREDando, Oliva afirma: “En lo poco que pudimos hacer, observamos muchos más cánceres, sobretodo digestivos, que no sabemos si son causados por los agroquímicos, porque nosotros no tuvimos fondos para medir moléculas. Encontramos mucho más de dos tipos de malformaciones urológicas en los chicos y pudimos ver con sistemas de geo referenciación que el 90% de estos casos estaban dentro de los 300 metros de los posibles focos de riesgo: zona de acopios de granos, viejos transformadores de PCB”. Estas fueron algunas de las principales conclusiones a la que llegó el equipo investigador. “Los cánceres de testículos y ovarios estaban muy aumentados en relación a las medias nacionales y lo que más nos sorprendió son las malformaciones urológicas en chicos recién nacidos que son producto de éstos químicos que producen una disrupción endócrina, remodulan la parte hormonal de los chicos en la panza de la mamá entonces nacen con estas malformaciones.”

    En el informe se aclara que la incidencia de cánceres de testículo fue tres veces mayor y de casi dos veces en el cáncer de ovario, comparados con las incidencias obtenidas en los registros de Concordia, Bahía Blanca y las estimaciones para Argentina obtenidas del GLOBOCAN 2002. “Cuando se analizan los resultados de las malformaciones uro-genitales masculinas, las cifras son más elocuentes al respecto, ya que las incidencias se ven amplificadas entre 10 para testículos no descendidos y alrededor de 20 veces para hipospadias, al menos en las dos comunidades donde se obtuvieron datos cuando son comparadas con datos europeos o de registros regionales.” Estas comunidades fueron Carreras y Máximo Paz.

    Al mismo tiempo, el informe “destaca dos riesgos potenciales en estas poblaciones rurales, relacionados con malformaciones y cánceres hormono-dependientes. El hecho de identificar el riesgo no significa que pueda inferirse la magnitud del mismo, sino simplemente y cautelosamente hace necesario entrar en una segunda fase que es la del "diagnóstico del riesgo", que requiere de una mayor precisión en términos de historias de salud y de diagnósticos eco-sistémicos relacionados (marcadores ambientales y poblacionales), permitiendo así poder confirmar los resultados aquí encontrados.”

    Más allá de esto, la relevancia del informe es contundente. Sin embargo, sostiene Oliva, los resultados de la investigación están archivados y nada se hizo desde los estamentos gubernamentales para profundizar el recorrido iniciado.

     El impacto sobre la salud: condiciones socioambientales

    El especialista plantea una mirada que complejiza agudamente la discusión en torno al uso o no del glifosato. Alejandro Oliva explica claramente que la toxicidad debe buscarse en la combinación del herbicida con sustancias mucho más tóxicas que la propia molécula del glifosato. “El glifosato para poder actuar necesita de detergentes para penetrar la tierra y esos detergentes son terriblemente tóxicos, mucho más tóxicos que el glifosato. También se le agrega 2,4 D, Endosulfán, casi en una proporción similar molecularmente y eso es lo que es tóxico. Son tres productos que están prohibidos y que aquí se usan en una proporción altísima”

    Al mismo tiempo, remarca que el debate –hasta ahora ausente- debería centrarse en el impacto socioambiental y en el contexto en el cual toda esta combinación tóxica actúa. “Toda esta mezcla que sí es muy tóxica está en un ambiente donde hay Feed Lots, que significan primeras napas contaminadas con nitrógeno por distintas orinas de animales concentrados en un determinado lugar, antibióticos y hormonas que se usan en los Feed Lots y nadie habla de eso. Si uno observa el mapa de Feed lots en Argentina queda espantado”.

    Además, está presente el problema de contaminación en el agua. “Estamos sobre fuentes naturales de arsénico. El 70% de la pampa húmeda tiene aguas con altísima concentración de arsénico. Las cooperativas tratan de darle agua a las localidades través del proceso de ósmosis inversa pero eso es muy relativo porque llega a un 30, 40 % de la población , el 70% restante ¿con qué va a pagar el agua purificada? Nosotros hemos trabajo en lugares como Máximo Paz donde había un 30% de desnutrición y la soja estaba tirada en el borde de la carretera. Es decir, las condiciones socioeconómicas no son tan simples. Si uno suma el nitrito, nitrato, arsénico, todos los clorados más los detergentes y el glifosato y ahí es donde está la bomba explosiva. Además, consumimos carnes muy malas. El 85% del consumo de la población en Argentina son carnes de Feed Lots, de muy mala calidad, constituidas sobre base de antibióticos y hormonas, creados en base a una alimentación artificial basada en soja transgénica, a eso hay que agregar que el 80% del pollo que se consume viene de hibridaciones que están con baños de cloro permanente.”

    De esta manera, concluye Oliva “está complicada la cadena de aire por los productos de la fumigación, la cadena de agua y la cadena de alimentación. “El debate se amplía y va mucho más allá de la soja y el glifosato”.

    No hay decisión política


    Para el especialista del Hospital Iitaliano, la falta de decisión política de todos los niveles del Estado e incluso de las Universidades es lo que favorece a una ausencia de legislación y gestión política para debatir seriamente el impacto del medioambiente en la salud de las poblaciones. Por supuesto, son muchos los intereses políticos y agroindustriales que influyen en este panorama desalentador que se presenta a corto y largo plazo.

    Al mismo tiempo, se hace difícil que una parte de de la población vinculada al sector agrario quiera hablar del tema. “Es sumamente complejo transformar esto. Lo que le pasó a Andrés Carrasco en La Leonesa (Chaco) a nosotros nos pasó hace 6 años atrás. La gente siente que se está atacando su forma de sobrevivencia y esto no es así. Lo que se le está planteando es que hay que hacer un cambio cualitativo”, apunta Oliva. “Hay que hacer un estudio para saber cómo está el desarrollo neurológico en las distintas etapas etáreas de los chicos que viven en zonas fuertemente agrícolas. Y ver cómo va ese desarrollo comparado con los centros urbanos”.

    Con respecto a las fumigaciones aéreas y terrestres, Alejandro Oliva es contundente: “Establecer un límite para las fumigaciones aéreas puede ser una posible medida si se realiza como debería realizarse. Menos de 3000 metros no se puede ni siquiera empezar a discutir”. También aclara la necesidad de tener en cuenta los vientos, ya que el glifosato tiene la propiedad de permanecer extensos períodos en el ambiente y viajar largas distancias arrastrados por el viento y el agua. Sin embargo, aquí en Argentina, este factor no es tenido en cuenta por el sector agroindustrial a la hora de fumigar. “Eso está considerado en cualquier lugar que se legisle sobre fumigaciones. En los trabajos que se realizaron hace poco, se estudió que lo que se fumigaba en Dinamarca llegaba a Finlandia y estamos hablando de miles de kilómetros y esto es por los vientos. Acá nadie le da ninguna importancia a esto.”

    Con respecto al límite de la fumigación terrestre, aclara que debería estar a 800 metros, por la contaminación de las napas. “En Europa no está prohibida la fumigación pero hay una normativa que se cumple porque el que no lo hace pierde su licencia y su libertad. Si el radar detectó que un avión esta fumigando violando el área, la justicia acá. Pero para lograr eso hay que tomar decisión política y abrir un debate en serio que no pasa solo con la retenciones.”

    Es así como Oliva aclama por una legislación nacional que no quede sujeta a la decisión de las Comunas y Municipios. “Esta decisión política falta en la Nación, la provincia y en las universidades.” También subraya la necesidad de no mezclar la discusión económica con el debate profundo que debe darse en torno a la salud humana. “El debate de las retenciones es un debate económico que no tiene nada que ver con la salud”. Plantea con urgencia que la discusión y las investigaciones científicas no se centren únicamente en discutir solo el glifosato sino abrir el panorama a todo un impacto ambiental mucho más complejo que incluye la ganadería y el agua. “El problema no es la molécula del glifosato sino todo lo que el glifosato lleva agregado, que cada uno lo usa a ojo de buen cubero. Le dicen las gotitas del cielo y de acuerdo a como viene el cielo le echan un chorro más o un chorro menos al tanque del glifosato y con eso salen a fumigar”.

    En este sentido, reafirma: “Las comunas no puede elegir adherir o no a las legislaciones. Esta es una concepción neoliberal. Hay que discutir una ley nacional y darle sostenibilidad. Hay que legislar, gestionar políticamente, considerar a esto como delitos federales, prohibirlo de forma tajante y no por adhesión. Pero son decisiones de Estado. La discusión es mucho más amplia que el glifosato, y el problema va a seguir estando sino se regula”. La incorporación de nuevas tecnologías podría generar otros problemas si la discusión no se profundiza. “Dentro de unos años, las empresas que inventaron el glifosato y las organizaciones de la agroindustria van a salir decir que esto no va más, pero introducen nuevas tecnologías”, entre ellas, la nanotecnología “que conlleva el agregado de compuestos de metales y metaloides a este ambiente, y suman mayor preocupación a este análisis. Existen ya evidencias de la toxicidad de estos componentes, al menos a nivel inmunológico y reproductivo que están encendiendo señales de extrema atención e el mundo científico.”

    Con la fuerza de las comunidades


    Son y siguen siendo las comunidades más afectadas a los modelos imperantes de la agroindustria y las organizaciones y movimientos sociales los que tienen, en esta intensa lucha por defender la salud humana, un rol fundamental. Son ellos quienes han logrado tras arduas resistencias un fallo histórico en la provincia de Santa Fe, en la localidad de San Jorge. Y son ellos los que han generado un debate que cada vez adquiere mayor dimensión, a pesar de los intereses políticos y económicos vinculados al agronegocio que buscan sepultar cualquier tipo de voz que denuncie el impacto nocivo del monocultivo sojero. Sobre esto, el Dr. Alejandro Oliva enciende una mecha de esperanza. “Las comunidades y las organizaciones tienen un rol fundamental que es promover el debate. Muchas veces lo hacen sin recursos, y eso es lo que se logró en estos últimos años, gracias a las comunidades, a las organizaciones. Esto es lo que va a finalmente a promover que la opinión de la población sea más fuerte que la opinión de la agroindustria”.

    Fuente; Boletín EnRedando

    LinkWithin

    Related Posts with Thumbnails